Borrador Revisado del Manifiesto del Milenio

Nosotros, los 1600 participantes y representantes de 110 naciones nos hemos reunido en Jerusalén al final del milenio para celebrar a Jesús el Mesías. Nos regocijamos con todos los creyentes de ésta tierra de promesa, con Judíos Mesiánicos y con Arabes Cristianos, porque el evangélio del reino ha sido predicado desde Jerusalén a todas las partes de la tierra. Hoy día, Dios recibe gloria y alabanza de más gente, naciones y lenguajes que en cualquier otro momento de la historia humana. Y nos regocijamos aún más, por que se acerca el día en que un movimiento reproductor de la iglesia existirá dentro de cada sociedad de la tierra que le proporcionará a cada persona, un testimonio claro, culturalmente sensitivo y en su propio idioma del evangélio de Jesús (Hab 2:14, Hechos 1:8).

VALORES FUNDAMENTALES

1. FUNDAMENTOS

Buscando obedecer la Gran Comisión, humilde y agradecidamente, reconocemos a aquellos que nos han precedido en la obra. Nos adherimos a las divinamente inspiradas Santas escrituras como la autoridad final para lograr un santo vivir, una enseñanza sólida y un servicio fructífero. Valoramos los credos clásicos de la Iglesia Antígua y los enunciados confesacionales de la Reforma. Afirmamos los documentos misiológicos y teológicos del movimiento evangélico moderno, incluyendo el Enunciado de la Fé del Consejo Evangélico Mundial (1951), el Pacto de Lausanne (1974), el Manifesto de Manila (1989), la Declaración de la Consulta Global sobre Evangelización Mundial (1995) y la declaración de Amsterdan (2000). No intentamos enmendar éstos documentos, sino hacer úso de sus perspectivas para aplicarlas a nuestro tiempo y a nuestra tarea. (2 Tim 3:16-17; 2 Ped 1:20-21)

2. EL DIOS TRIUNO

Pactamos juntos el adorar al Dios Triuno: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Afirmamos que la misión fluye de la naturaleza de Dios quién es el único que merece ser adorado por cada persona de cada cultura y lengua. La misión a la cual Nos llama es Su misión. El Padre, habiendo enviado al Hijo y al Espíritu, ahora envía a Su Iglesia a vivir y proclamar el evangélio a toda la gente, para cumplir Su pacto de gracia. (Mat 3:16-17, 12:28; Luc 1:35, 24:49; Juan 3:16-17, 14:2, 15:26, 16:17, 17:18, 20:21; 1 Cor 12:4-6; 2 Cor 13:14; Gál 4:6; 1 Juan 5:7)

DIOS, EL PADRE

Como creador y sostenedor de todo el mundo, Dios el Padre no hace responsables como mayordomos de su buena creación la cual ahora está caida y deformada por el pecado. Pactamosjuntos ahora no continuar abusándola ni destruyéndola, sino protegerla y preservarla. Nos comprometemos a trabajar por la paz y la justicia dentro y fuera de la Iglesia para afirmar la imagen de Dios en cada persona y la unidad de la raza humana. Por la gracia de Dios, responderemos a las denuncias de la injusticia, la pobreza, la guerra y la opresión con el alivio, el desarrollo, la defensa y cualquier otro medio digno de ser usado. Nos oponemos a la maldad de la violencia, la inmoralidad, la corrupción, el consumismo y la explotación que devalúe a la gente, promueva la injusticia, y abuse del mundo natural. (Gén 1:26-27; 3:17-19; Miq 2:8; Rom 8:19-21; Apo 4:11)

DIOS, EL HIJO

Afirmamos que Dios se ha revelado totalmente a Si Mismo en El Hijo, nuestro Señor Jesús Cristo, ofreciendo a todas las personas salvación eterna del pecado y de la muerte a través de la fé en El. reconocemos la suficiencia de Su sacrificio sin pecado y nos regocijamos en Su victoria sobre todos los poderes de maldad a traves de Su propia vida, su muerte, su resurrección y su ascensión, todo lo cual ocurrió en y alrededor de Jerusalén, ése mismo lugar donde estamos reunidos. Reconociendo los peligros del universalismo, del pluralismo religioso y del sincretismo religioso, proclamamos la singularidad de Jesús el Mesías como prefigurado en el Viejo Testamento, descrito en el Nuevo Testamento y como ha sido confesado por la Iglesia a traves de los siglos. Pactamos juntos, exaltarle a El tanto en nuestra vida personal como en nuestras comunidades para declarar Su gloria en medio de todos los pueblos a traves de dar testimonio con denuedo, servir con humildad y dialogar con sumo interes, todo marcado por un profundo respeto hacia los demás. (Juan 1:1, 1:18, 5:24, 17:3, 20:31; Hec 4:29, 31; Rom 9:5; 2 Cors 5:21; Gál 3:13; Fil 22:6; 2 Tim 2:24-26; 1 Ped 3:15)

DIOS, EL ESPIRITU SANTO

Dios, el Espíritu Santo, quién llenó a todos los discípulos en la ciudad de Jerusalén en el día de Pentecostés, convence al mundo de pecado y de justicia, aplica la obra salvadora de Jesús Cristo a las personas de manera individual, imparte vida nueva a traves de la fé en Jesús, santifica a los creyentes y los equipa con los dones de su gracia, motivando y dando poder en todo sentido a su testimonio en Jesús. Mientras sostenemos que el Espíritu Santo siempre ha estado presente en la Iglesia preservándola, guiándola y dándole poder, también afirmamos que en el siglo que acaba de pasar, un derramamiento particular del Espíritu Santo y un entendimiento Bíblico más profundo de Su mover, ha equipado a las iglesias con un despliegue misionera no igualado desde los dias de la iglesia primitiva. Aunque reconocemos la necesidad de seguir desarrollando una base Bíblica común para enseñar sobre el Espíritu Santo y sobre la práctica de Sus dones, nos comprometemos a realizar un servicio misionero más dependiente en Su poder y guía, en el próximo siglo. Pactamos juntos orar continuamente y trabajar sin descansar por el renovamiento y el avivamiento de la Iglesia a través de la obra del Espíritu Santo que genere misiones para todo el mundo. (Juan 16:13-15; Hec 2:4; 2 Cor 3:6; 1 Juan 2:27)

3. EL EVANGELIO

El evangélio son las buenas nuevas del Reino de Dios el cual incluye el perdón de los pecados, una nueva vida en la comunidad de la fé, el regalo del Espíritu y la esperanza eterna que estan disponibles a toda persona y a todo pueblo. Por lo consiguiente, nos comprometemos a predicar un evangélio completo. Rechazamos divorciar lo espiritual de lo secular, nuestra relación con Dios de nuestra relación con nuestro vecino y nuestra salvación eterna de nuestra existencia temporal. Y rechazamos cualquiera dicotomía entre el crecimiento de la iglesia y la salud de la iglesia, y el evangelismo y la responsabilidad social. Sin embargo, afirmamos la prioridad de un evangélio que reconcílie a la gente con Dios. y aún cuando la preocupación social y el servicio compasivo son parte esencial de nuestra misión, el objetivo primordial es el hacer discípulos de Jesús Cristo, discípulos que entren en el Reino de Dios a través de la fé y que vivan como Sus seguidores ahora y para siempre. (Isa 52:7; Mat 4:23, 9:35, 16:26, 28:19; Luc 24:19; Hec 10:38; 1 Cor 15:3-5; Gál 3:26)

4. MISION

Dios quiere que todas las personas tengan la oportunidad de llegar a ser verdaderos dicípulos de Jesús dentro de su propio contexto socila e idiomático. Por lo tanto, entrando la Iglesia en el nuevo melenio, pactamos trabajar juntos por un movimiento misionero de alcance mundial que le dé a cada persona en cada grupo étnico en el mundo, una oportunidad de oir, entender y responder durante su vida; el ser incorporado a la vida de una congregación local, crecer en una creciente intimidad con Dios, manifestar la vida de Cristo y exhibir el fruto del Espíritu como la sal y luz del mundo, y para recibir poder para ministrar efectivamente tanto en la Iglesia como en el mundo. (Mat 5:13-14; Rom 16:26; 1 Cor 12:13; Rom 16:26; 1 Cor 12:13; Gál 2:20, 5:22-23; Col 1:28; 2 Ped 3:18; Apo 5:9-10)

5. EQUIPOS

A medida que el evangélio alcanza más lugares y personas, y la Iglesia aumenta en número, pactamos juntos para buscar la edificación de los creyentes en el crecimiento, el discipulado, la fé u el conocimiento. Apoyamos todo esfuerzo que se haga para proveer varios niveles de entrenamiento para que cada iglesia pueda tener evangelistas, pastores y maestros equipados y en maduración, y que cada misión pueda tener un liderazgo pionero adecuado. Reconocemos la importancia de que el evangelismo mundial tenga una sólida base misiológíca. Por lo consiguiente, incentivamos a que las iglesias, instituciones y organizaciones coloquen al evangelismo y a las misiones transculturales en el mismo núcleo del curriculum total de la educación cristiana y del entrenamiento misionero. Solicitamos que haya un entendimiento teológico balanceado en las iglesias que no sólo incluya estructuras congregacionales, sino también estructuras educacionales y misioneras, (Efe 4:11-13).

6. CONFLICTO ESPIRITUAL

La misión cristiana implica tanto el conflicto espiritual como el encuentro con la verdad. La noción secular sobre un mundo puramente material ha sido desacreditada por el retorno de millones de personas a la práctica de viejas y nuevas formas de religión, animismo, magia y hechicería. Y por lo tanto muchos viven bajo el temor y la esclavitud de las fuerzas malignas. Pactamos juntos el afirmar y anunciar el poder de Jesús Cristo para liberar a aquellos que sufren bajo el yugo de poderes y creencias opresoras. Nos comprometemos a orar por tales personas y a oponernos a toda manifestación de esas operaciones malignas en los individuos, estructuras sociales , filosofías, ideologías y religiones. Y al hacerlo, proclamamos sin embargo firmemente la absoluta autoridad y poder de Jesús para liberar y proteger a todos Sus seguidores del daño espiritual a medida que renunciámos al diablo y a todas sus obras. Nos guardaremos de que aún los mismos Cristianos sean moldeados por perspectivas mundiales no Cristianas, tanto en el pensamiento como en la práctica, para que no sucumban al mismo temor que es vencido a traves de la fé en Jesús. (Juan 8:31-32, 36, 17:17; 2 Cor 10:4-5; Efe 4:27, 6:10-18; San 4:7; 1 Ped 5:8-9).

7. PERSECUSION

Estamos conscientes de que en el siglo 20 han ocurrido más persecusión, acoso, discriminación y asesinatos de Cristianos que nunca antes en la historia. Reconocemos que la persecusión y el sufrimiento no son sólamente parte de la vida Cristiana, sino que también son oportunidades para dar testimonio con denuedo del evangélio en el poder del Espíritu. Afirmamos el derecho de la Iglesia de proclamar el evangélio en palabra y en obras, a toda persona, en todas partes. Rechazamos toda forma de proselitísmo y de presión manipuladora, pero proclamamos el derecho de cada persona de llegar a ser seguidores de Jesús como respuesta a la convicción del Espíritu Santo. Pactamos juntos a resistir persecusiones y adversidades a causa del evangélio, para apoyar con oración y defender a los Cristianos perseguidos y a usar cada oportunidad para disminuir su sufrimiento. (Mat 5:11; Mar 13:13; Hec 4:19, 5:29; Heb 13:3; 1 Ped 4:12-13).

8. UNIDAD

Sabemos que la Grán Comisión no puede ser cumplida hasta que los Cristianos del Norte, Sur, Este y Oeste no se asócien para compartir recursos y dar un testimonio conjunto a todo el mundo. Por lo tanto, reconociendo que el centro de gravedad de la Cristiandad se ha sido trasladado de aquellas tierras consideradas Cristiana desde hace tiempo para llegar ser un fenómeno global, celebramos “la nueva gran realidad “ de que las misiones cada vez más viene desde todos los pueblos hacia todos los pueblos. Nos comprometemos a facilitar ésta sociedad de iguales a todo nivel de liderazgo e iniciativa, y a a poyar nuevas iglesias y ministerios a medida que desarrollan formas de vida eclesiástica, teología, testimonio y misiones culturalmente apropiadas. Renunciándo a la competencia, duplicación, dominio y aislamiento, buscamos ser embajadores de reconciliación como el ilustrado por la asociación de negros y blancos Surafricanos en el liderazgo de la Consulta Global sobre Evangelismo Mundial en 1997 y de los Judíos Mesiánicos con los Arabes Cristianos para el evento de Celebra al Mesías 2000. Nos unimos a los esfuerzos para crear una plataforma común de apoyo continuo a las misiones, como los de la recientemente creada Mesa Redonda de la Gran Comisión. Creemos en una diversidad de ministerios dentro de un Cuerpo universal y pactamos juntos para hacer todo esfuerzo que demuestre la unidad en el Espíritu en el vínculo de la paz . (Esd 3:1; Sal 133:1-3; Rom 12:5, 15:5-6; Gál 3:28, 5:26; Efe 4: 3-5 )

TEMAS PLENARIOS

9. HISTORIA

De pié al borde del nuevo milenio y en ésta hora decisiva para la misión, pactamos juntos edificar sobre la labor de los pioneros quienes nos han precedido, incluyendo los fieles dentro del pueblo Judío. No nos atrevemos a jactarnos en contra de las raices que nos nutren, ni del árbol en el cual hemos sido injertados. Celebramos a Jesús quién entregó su vida para unir a miembros de todos los pueblos en uno, redimiendo a todo lo que es precioso y único en su cultura. Honrámos al Apóstol Pablo quién no suministró el más duradero modelo para transplantar la fé de una cultura a otra sin comprometer al evangélio. Recordámos a los mártires cuya sangre nutrió la semilla de la iglesia a través de los siglos. Reconocemos las comunidades monásticas, eruditos y misioneros que llevaron la luz del evangélio a través de las edades. Tenemos en alta estima a los hombres y a las mujeres que atravesaron las barreras entre la Iglesia y el mundo entrando en nuevas tierras, penetrando fronteras culturales y forjando nuevos paradigmas para las misiones en un mundo cambiante. Le damos gracias a Dios por aquellos que despertaron a la Iglesia del siglo veinte a la realidad de todos aquellos pueblos no alcanzados y que reconocieron que estábamos en el amanecer de las Misiones Cristianas. (Isa 51:1; Hec 7:59-8:1, 10:44-46, 17:22-32)

h3p>10. EL CORAZON DE LA TIERRA BIBLICAh3/p>

El conflicto que continúa afectando ésta región donde estamo reunidos, también afecta nuestros corazones. Y por éso, tomamos coraje de las palabras de dos sorprendidos discípulos que regesáron de Emaús: “Ha resucitado el Señor verdaderamente...” Y ahora al comienzo del 3er milenio, Judíos Israelíes, Musulmanes y Cristianos nominales en el corazón de la tierra bíblica estan recibiendo éstas Buenas Nuevas y dando fruto genuino. Honramos el hecho que varias iglesias han sembrado la semilla y han servido a las personas de ésta tierra a través de los siglos. Nos regocijamos de que en la última parte del siglo veinte, muchas congregaciones Mesiánicas han sido establecidas. Los Musulmanes han mostrado creciente interés en el Evangélio y han florecido asambleas internacionales. Y todo ésto ha ocrrido a pesar de la oposición, amenazas y penalidades muy parecidas a aquellas enfrentadas por la iglesia del primer siglo. Y de éstas y de otras maneras, la Iglesia en la tierra Santa es un microcosmos de los que es La Iglesia es a nivel mundial. Por ello, pactamos juntos a orar para que la iglesia del corazón de la tierra bíblica en sus expresiones Judío Mesiánica, Palestina y Cristiano internacional pueda crecer rícamente y proclamar con poder éste asombroso mensaje a los confines de la tierra: “ Cristo ha resucitado, de veras!” (Gén 12:1-3, 22:18,26:24, 28:14; Mar 16:15; Luc 24:33-34, 47-48; Hec 3:25; Gál 3:8)

11. ADORACION

La adoración es tanto una forma de vivir como un evento en el cual participar. En y a traves de la alabanza, centramos todo nuestro ser en Dios, humildemente glorificándole a El en respuesta a Sus atributos, Sus acciones y Su Palabra. La adoración es teológica, práctica y estratégicamente primordial para nuestras vidas personales y para la vida de la Iglesia. Pactamos juntos el someter todo nuestro ser a Dios, pidiéndole a El que despierte nuestra conciencia por Su santidad, nutra nuestra mente con Su verdad, purifique nuestra imaginación con Su belleza, abra nuestro corazón con Su amor, y nos permita rendirnos totalmente a Su propósito. Pactamos juntos en unidad y cooperación, a completar la tarea de establecer comunidades de discípulos adoradores de Jesús en todo pueblo. Adicionalmente, afirmamos el privilegio de cada pueblo a emplear todo elemento digno de su lengua madre y cultura para adorar al Dios triuno, personal y coorporativamente, en espíritu y en verdad. ( 1 Cró 16:29; Sal 33:3, 95:6, 100:2; Mat 4:10; Juan 4:24; Col 3:23-24; Apo 7:9-12)

12. ORACION Y AVIVAMIENTO

Abrazamos la promesa y el propósito bíblico de Dios para exaltar a Su Hijo como Redentor-Rey en todos los pueblos a través de Su Iglesia despertada. En éste dia de oportunidad sin precedente en el evangelismo mundial, tomamos confianza del propósito de Dios para hacer avanzar el Reino de Cristo en el mundo. Pactamos juntos el orar y prepararnos para un avivamiento personal y coorporativo, sabiendo que nustra esperanza no es en vano. Creemos que el avivamiento es un patrón evidente a través de la Bíblia y de la historia de la iglesia. Dios es fiel y consistente en todos Sus caminos: lo que El ha hecho antes, El es capáz y está dispuesto a hacer nuevamente en nuestra generación. Reconocemos que el Avivamiento de la iglesia puede transformarla de una manera única para que pueda enfrentar los extraordinarios retos misioneros que tiene por delante. Nos regocijamos en que el Espíritu esta dispensando un despertar en la oración por las naciones sin precedente en la Iglesia, sabiendo que Dios Mismo está comprometido a escuchar y responder sus oraciones. Y resolvemos unirnos entusiásticamente a éste movimiento de oración mundial, confiando en que Dios nos dará la visitación de Su Espíritu para que mueva a los individuos y a las iglesias a cumplir la Gran Comisión. (2 Cró 7:14; Job 16:20-21; Sal 80:3, 85:4-7; Isa 64:1-12; Rom 8:34; Heb 7:25; Joel 2:12-17; Hab 3:2; Efe 3:18, Apo 11:15 y 12:10-11)

13. LA IGLESIA MAYORITARIA

En el amanecer del tercer milenio, la mayoría de los Cristianos viven en Asia, Africa y America Latina. Nos regocijamos en la vitalidad espiritual presente en éstos continentes que son el hogar de la mayoría de las personas que se estan entregando a Cristo por primera vez. Los grandes campos de la cosecha del ayer han llegado a ser las fuerzas que hoy están haciendo la gran cosecha, con la iglesia mayoritaria enviando más de la mitad de los misioneros Protestantes del mundo. En las décadas recientes, se ha levantado un liderazgo excelente proveniente de la iglesia mayoritaria para servir a los movimientos evangélicos globales, y para generar iniciativas y movimientos de plantío de iglesias nacionales que han dado resultados notables. Muchas agencias misioneras internacionales han movido sus cuarteles a las grandes ciudades de Asia para poder nutrirse de los vastos recursos humanos y materiales de las iglesias de esa región. Las iglesia de Corea del sur y de Sudáfrica han sido anfitriones exitosos a dos consultas globales principales GCOWE ‘95 y ‘97 respectivamente, proporcionando habitación, comida y logística. Las asociaciones y redes de trabajo más exitosas para alcanzar a los no alcanzados estan funcionando dentro de las regiones de la iglesia mayoritaria, donde la tecnología y las finanzas se han mezclado con la efervecencia espiritual, fé, elasticidad y fortaleza numérica. Reunidos aquí en Jerusalén de todas las iglesias del este. oeste, norte y sur, nosotros por lo tanto pactamos juntos el reconocernos como iguales, a tenernos el uno al otro en alta estima, y a trabajar juntos para avanzar el Reino de Cristo en todos los pueblos. ( 1 Cro 12:32; Mat 9:36-38; 1 Tim 3:1-13; 3 Jn 5-9)

14. LOS POBRES Y LOS NECESITADOS

Nos regocijamos en que el pueblo de Dios está llegando a ser cada vez más sensible a las necesidades de los pobres así como Jesús, el Campesino de Nazaret, mostró una profunda preocupación por los pobres. Hoy la iglesia de la mayoría es en sí pobre, por lo tanto el ministerio dirigido hacia los pobres, será un ministerio con los pobres y a través de los pobres. Nos regocijamos en la emergencia de organizaciones y de redes de trabajo que promuéven ministerios totales, internacionales y transforma- dores de comunidades, especialmente en las areas económicamente deprimidas del mundo. Estamos, sin embargo, agudamente conciente de las enormes deficiencias sociales y espirituales que afectan a los millones de pobres y necesitados. Reconocemos que nosotros que vivimos en las regiones más ricas del mundo, somos culpables de materialismo, injusticia e indiferencia que nos han llevado a cometer pecados de comisión y de omisión en contra de los pobres. En profundo arrepentimiento, pactamos juntos unirnos a los pobres para romper las cadenas de la injusticia y la opresión, compartiendo los recursos que Dios nos ha dado a todos nosotros, y llevando el evangélio del reino el cual es buena nueva tanto para ricos como para pobres. (Isa 58:6-7; Sal 69:33; Prov 14:31; Mat 5:1-12; Luc 4:16-20; Gál 2:10; San 1:27, 4:17).

15. EL PAPEL DE LA MUJER

Nos regocijamos en que las mujeres de todo el mundo estan experimentando una visitación especial de Dios. Estan despertando a su derecho de nacimiento y herencia, confiando en Dios para cumplir todo Su propósito en y a través de ellas. Estan aprendiéndo cada vez más a seguir la dirección de Su Espíritu, a medida que descubren su valor intrínsico, no en los imperativos culturales, geográficos y generacionales, sino en el conocimiento de que están hechas a la imágen y semejanza de Dios. El Creador, quién diseñó tanto al varón como a la hembra para reflejar Su semejanza y gloria, llama a hombres y mujeres a servir como compañeros iguales en Su propósito. Nosotros por lo tanto, pactamos juntos a buscar reconciliación y justicia no sólo con relación a la raza y las clases, sino también con relación al género. A medida que nosotros los hombres y las mujeres aprendemos a caminar y a trabajar juntos en respeto mutuo y devoto respeto, seremos una vez más libres para servir el plan y propósito de Dios en los términos de la contribución especial de cada uno. (Jue 4:4; Ru 1:16-17; 1 Sam 1:11; Joel 2:28-29; Luc 2:36, 8:3; Jn 20:11-18; Hec 9:36, 16:13-14, 21:8; Rom 16:12)

16. LIDERES EMERGENTES

En los últimos 50 años, líderes jóvenes y valientes han plantado muchas iglesias y agencias misioneras que han enviado decenas de miles de misioneros alrededor del mundo. Estos líderes ya estan en sus años de vejez y algunos ya se han graduado de gloria. El manto de autoridad está siendo ahora transferido a una generación más jóven de líderes quienes estan cumpliendo su responsabilidad con denuedo. La voz unificada de éstos líderes emergentes supera las barreras de nacionalidad, lenguaje, cultura, género, denominación y teología. A través de múltiples canales de comunicación e interacción, éstos jóvenes líderes han hecho salir a la superficie, un claro conjunto de valores y prioridades. Encuentran su identidad en la visión y el llamado, no en las organizaciones. La intimidad con Cristo sumado a la alabanza y adoración son los valores primordiales. Un profundo anhelo por la unidad de todo el cuerpo de Cristo empuja a éstos jóvenes líderes a superar diferencias denominacionales y doctrinales dentro de la tradición evangélica. Desean que líderes maduros sean sus mentores y les den su perspectiva para trabajar en unidad y así completar la gran comisión. Nosotros por lo tanto, pactamos juntos a apoyar a los líderes emergentes a quienes Dios ha levantado, a alentarlos en sus sueños, y a dejar espacio para el desarrollo de sus dónes, ideas e iniciativas. ( Dan 3:16-18, 28; Joel 2:28; 1 Tim 4:12, 5:1; Tito 2:6; 1 Ped 5:5; 1 Jn 2:13-14)

17. PUEBLOS NO ALCANZADOS

Alabámos a Dios por el épico progreso en la investigación, listado y creación de los perfiles de los pueblos no alcanzados. Nos regocijamos porque todos los grupos de lo pueblos no alcanzados de más de 10.000 personas han sido perfilados y adoptados. Apreciamos profundamente las respuestas de las iglesias y de las agencias que se han movilizado en oración, liderizando iniciativas nacionales, y comisionando equipos para establecer iglesias nativas entre los pueblos no alcanzados. Como resultado de ésta acción, el número de pueblos que no tienen una congregación nativa de al menos 100 personas se está reduciendo cada vez más y más. Por una parte, lamentamos que el objetivo de que hubiese una iglesia por cada pueblo y que el evangélio se haya predicado a cada persona, no se haya logrado en el año 2000. Lamentamos, también, que se le haya dado una atención tan mínima a los niños, quienes constituyen uno de los grupos de gente más significativos del mundo. Pero por otra parte, celebrámos los lógros del Movimiento AD 2000 y Más Allá, y encomendámos ésta tarea a aquellos que lo continuarán. Pactamos juntos a promover su cumplimiento. ( Gen 22:18; Sal 72:17; Isa 19:25, 52:15; Rom 15:20; 2 Ped 3:9)

18. INICIATIVAS NACIONALES

Nos regocijamos en que, durante la década pasada, las iglesias de muchos paises desarrollaron estrategias y procesos nacionales a fín de mobilizar al Cuerpo de Cristo para completar la tarea incompleta dentro y fuera de sus fronteras. Líderes siervos y visionarios han facilitado iniciativas nacionales que reafirman las estructuras existentes y que alientan los compromisos de cooperación para plantar iglesias hasta la saturación y para crear un movimiento pionero de siembra de iglesias dentro de cada pueblo etno-linguista. Alabamos a Dios porque en ésta década, los esfuerzos unido de Su pueblo ha dado mucho fruto. Y todavía hay mucho trabajo por hacer. Por lo tanto, oramos por el devenir del dia en que todas las personas tengan una oportunidad válida para experimentar el amor, la verdad y el poder salvador de Jesús Cristo en comunión con otros creyentes de su propio pueblo. Alentamos al pueblo de Dios en todas partes a desempeñar su papel en establecer un movimiento para sembrar iglesias con mentalidad orientada hacia las misiones dentro de cada pueblo no alcanzado. Pactamos juntos el buscar y descubrir el rol de Dios para cada uno de nosotros en Su propósito, sin importarnos el costo. ( 2 Sam 24:24; Jn 3:7-9; Hec 13:43-44, 18:9-11; Rom 1:8, 10:18, 16:19; 2 Ped 3:9; 1 Tes 1:8; 1 Tim 2:4 )

19. TRANSFORMACION DE COMUNIDADES

Entrando al nuevo milenio, presenciamos al Espíritu de Dios visitando la tierra de una nueva y dinámica forma. Dios está permitiendo tremendas aperturas espirituales en ciudades, regiones y nacio- nes. Su presencia y poder estan tocando y transformando cada esfera de la vida humana - espiritual, política, económica y social - con un cambio visible y medible, y con multitudes viniendo a la salvación en Cristo. Las claves de tal transformación comunitaria son la oración y el liderazgo perseverante. Oraciones enfocadas, fervientes, orientadas al futuro, llenas de fé y efectuadas por líderes humildes y con mentes afines quienes se atreven a creer que Dios tiene algo “ inmensurablemente mejor ” para esa ciudad. Comenzando por Su iglesia, Dios está estremeciendo viejas estructuras y forjando nuevos paradigmas y patrones de ministerio para enfrentar los retos de un mundo que cambia rápidamente. Usando el instrumento de la investigación diagnóstica, la Iglesia puede hacer un perfil de la comunidad para responder de manera significativa tanto a las necesidades determinadas como a las necesidades espirituales verdaderas de dicha comunidad. Los planes de acción específica incluyen: establecer nexos con los guardias de las puertas de la ciudad a traves de eventos de oración anual; eventos de oración catalítica coorporativa; involucramiento contínuo de la base de la iglesia en oración; evangelismo de servidumbre a traves de actos de bondad sin exigir nada a cambio; reconciliación social; infraestructura de células de oración evangelística ó grupos pequeños en hogares, sitios de trabajo, escuelas ó campuses para “pastorear” a la comunidad; enfrentamientos públicos de poder en contra de las fuerzas espirituales que atan y ciegan a los perdidos; y eventos de cosecha que alcancen a toda la ciudad y que involucren a todo individuo ó institución que esté dispuesta a actuar en el día de la demostración de su Poder! Por lo tanto, resolvemos mirar nuestras ciudades a través de los ojos de Cristo y a servir a nuestras comunidades con el corazón y la humildad de El. Pactamos juntos para trabajar por la reparación de nuestras comunidades, restaurar la dignidad de los pueblos, reestablecer sus fortunas, renovar sus esperanzas, revivir sus espíritus y redimir vidas en el poder del amor de Cristo! ( (Sal 110:3; Isa 59:16; Eze 3:17; 2 Cor 4:4; Efe 3:20-21, 6:12; San 5:16 )

20. ASOCIACIONES GLOBALES

Afirmamos que las asociaciones son una parte importante del evangelismo mundial. Construimos relaciones de confianza para poder trabajar en sociedad, para ver comunidades de creyentes en Cristo en todos los pueblos que le van a adorar. Hay una pregunta fundamental sobre misiones que debe cambiar desde “Que puedo hacer?” a “Como puedo insertarme en lo que otros están haciendo?”. Las asociaciones pueden ayudárnos a responder ésta pregunta y proveer un fóro para lograr colaboración práctica. En las últimas dos décadas, hemos visto un nuevo amanecer en el pueblo de Dios por todas partes. Nos regocijamos en las muchas docenas de asociaciones internacionales que estan emergiéndo y operando por el bién de los pueblos no alcanzados. Creemos que éste esfuerzo es agradable a Dios, consistente con Su carácter y con la misión de la iglesia. Sin embargo, tenemos todavía un gran reto delante de nosotros. Estas asociaciones no emergerán ni operarán sin gente que tenga la visión, habilidad y compromiso tanto con el propósito como con el proceso de la asociación. Pactamos juntos, por lo tanto, a alentar a la Iglesia global a identificar, recrutar, entrenar y apoyar a los facilitadores de las asociaciones. (Exo 17:12; Jue 20:1; 1 Sam 4:6-7; 1 Cro 12:22-38; Neh 3:1-32; Mat 18:19-20; Luc 5:17-20; 1 Cor 12:12, 20-27; Luc 5:17-20; 3 Jn 8)

En la conclusión de éste histórico evento y en respuesta a la gracia de Dios, ahora volvemos a entregarnos al Mesías encarnado, crucificado, resucitado, ascendido, exaltado y quién retornará. Nos abandonamos sin reserva a El y a Su causa. Al hacerlo, sabemos que sufriremos el riesgo de granjearnos la ira del mundo que nos rechaza como le recharazaron y le crucificaron a El. Sin embargo, Su Gran Comisión no es una mera opción a ser considerada sino un mandato a ser obedecido. Por lo tanto, a la luz de su segunda venida, pactamos juntos, por la capacitante gracia de Dios, a luchar por la meta de toda la Iglesia de llevar el Evangélio completo, a todo el mundo. En éste siglo, buscaremos establecer un movimiento reproductor de iglesias en cada tipo y clase de gente y dentro del alcance práctico de cada persona para que cada segmento de la sociedad sea permeado con el amor, compasión, verdad y poder salvador de Cristo, el Mesías. Que toda la tierra sea llena con la gloria del Dios Triuno! La novia de Cristo y el Espíritu dicen a Aquel que viene pronto: Ven! Amén. Ven, Señor Jesús. (Sal 96:3; Mat 28:18-20; Jn 12:24, 13:34-35, 15:18-19; Rom 6:13, 12:1; 1 Cor 6:19-20; 2 Cor 5:20; Apo 22:20).

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